Analogía
Si el sol fuese mujer
las mañanas serían
senos veinteañeros
emanando leche de átomos
en cada pezón rosado.
Los crepúsculos erectarían
sus pelajes
esperando la secreta metamorfosis
de la sombra para convertirse en luz.
Cada retoce del verano
tendría vellones de cabello femenino
y una insolación sería
la contracción de su sagrado parto.
Si el sol fuese mujer
el cielo celeste sería Venus
buscando su Eros predilecto,
y la luna, hombre de besos blancos
seduciéndola con su danza menguante.
1,2,3... ¡me besa...!
3,2,1... ¡... mi sol!
©Gilberto Palacios.
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